El Comité de Folclore Ciudad de Burgos ha convertido este Festival de
las Marzas en una de sus señas de identidad. La bienvenida a la
primavera vistió de color, de música y de bailes el polideportivo
municipal de El Plantío, que, como en años anteriores, ayer también se
llenó hasta la bandera para disfrutar de un espectáculo que cada año
incorpora alguna novedad, pero que mantiene en su esencia el valor de
las danzas de la provincia burgalesa y de las letras que perduran por
los siglos, aunque como también se oyó en El Plantío, el folclore no
tiene puertas ni fronteras.
Como es tradicional, el festival comenzó con el Canto de las Marzas de
Mecerreyes, uno de los más populares de la comarca del Arlanza y que sus
propios vecinos cantaron la semana pasada. Esta parte la cantan todos
los grupos participantes, es decir, que se unen 300 voces, como lo harán
más tarde en el canto del Himno a Burgos, con el que se despide el
Festival.
Tras esta actuación, llegó la novedad incorporada este año: el cuadro
conjunto de todos los grupos, dedicado a las danzas que se bailan
acompañadas con pañuelos, con la interpretación de cuatro bailes muy
populares en sus respectivas zonas, como son la jota de los requiebros,
de Medina de Pomar; danza la redondela, también de la comarca de
Merindades; la danza de la mariposa, de Castrillo de la Reina, y la
danza de San Juan, de Alforados de Moneo.
El
Himno a Burgos puso un año más el broche final a esta cita con el
folclore burgalés, que se prolongó algo más de dos horas y que muchos
ciudadanos pudieron seguir en directo a través del canal La 8 Burgos. La
primavera, pues, ha llegado, mientras que la danza y la música nunca se
fueron.
En mi opinión como animador es un espectáculo muy bonito y dinámico que se realiza en un lugar bastante adecuado y que además en esta edición han innovado respecto a anteriores. El animador busca la mejor realización de este tipo de espectáculos gestionando los mejores recursos posibles y hacerles la mejor difusión posible.
Aunque es gratuita esta actividad yo pondría un precio simbólico de un euro o dos ya que mucha gente va a coger la entrada y luego no asiste, dejando así sin oportunidades a los demás .
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