martes, 2 de febrero de 2016

¿QUÉ ES EL "FRACKING"?

La fractuación hidráulica es una técnica para la extracción del gas de esquisto acumulado entre las rocas, en una capa entre 2.000 y 3.000 metros de profundidad. Mediante unos conductos, se inyecta agua a alta presión, mezclada con arena y 400 productos químicos. Cuando el líquido impacta contra la roca, la rompe, liberando el gas de su interior, que sale a la superficie y se almacena.


Como en todos los asuntos energéticos, hay división de opiniones. Los detractores de esta técnica, como los grupos ecologistas, argumentan que esta tiene un impacto muy perjudicial en el medio ambiente. Sobre todo, critican que el «fracking» contamina los acuíferos por las sustancias químicas utilizadas, la liberación de materiales radiactivos y la gran cantidad que agua que utiliza. Otros estudios inciden en los efectos que tiene sobre la población que vive cerca de los pozos, como trastornos gastrointestinales, sinusitis o pérdida de sueño. 


 
El fracking no es una opción para producir energía de manera sostenible, mientras que su uso desvía recursos que deberían dirigirse a las energías renovables y sostenibles, obstaculizando su desarrollo. Además de provocar efectos adversos.


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